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El BOSQUE: su significado oculto


Las personas que leen cuentos con asiduidad, sabrán que el bosque es un elemento predominante en ellos, incluso esencial. Y esto es así por influencia cultural-religiosa, es la fe que todos llevamos dentro y sobre todo la que, dependiendo de nuestra cultura y lugar de nacimiento, nos intentan inculcar. Nos transmite el bosque, casi sin nosotros darnos cuenta, elementos místicos que ya nunca desaparecerán de nuestras imágenes mentales. 

Un claro ejemplo de ello es la importancia del bosque en los iniciados o iluminados religiosos que marcan nuestros senderos, así por ejemplo Buda o Krishná en sus largas meditaciones y reflexiones eligen el bosque como retiro; el huerto de Getsemaní, o de los Olivos, donde Jesús de Nazaret se retiró a recibir la inspiración divina no deja de ser un espacio natural que se podría denominar bosque sin miedo a equivocarnos. También es reseñable, como según algunas fuentes cristianas argumentan, que Juan el Bautista necesitaba largos retiros en un bosque profundo para meditar sobre la futura venida del Mesías.

En esta línea también, y haciendo una parada en los cuentos que todos conocemos, aparece Blancanieves con su retirada al bosque tras la orden de la reina que dictó su muerte; es aquí donde descubrimos una Blancanieves sacerdotisa, e iniciada, que busca la sabiduría a través de la meditación. Más allá de el hecho literal de refugiarse en un sitio frondoso, y seguro, como es un bosque, se está ofreciendo un trasfondo místico al lector que quiera abrir sus sentidos. Tema aparte sería los cuentos clásicos y sus mensajes para iniciados aunque, a veces, cueste encontrarlos entre la maraña de moralejas y/o moralidades básicas.

El mensaje secreto del bosque, lo entenderemos algo mejor si conocemos que, por ejemplo, para los budistas el árbol simboliza el grado supremo de sabiduría; que pueden alcanzarla todos los hombres de buena voluntad, ya que esta sabiduría sirve para librar al alma de los peligros del mundo y por consiguiente trae la salvación que tanto ansía el alma humana. Los judíos tienen en el árbol de la vida uno de los secretos de la cábala, es desde un concepto cosmológico un mapa de la creación divina; mapa que posteriormente copiaran, a su manera, cristianos, paganos y seguidores de Hermes Trimegisto. A partir de aquí la alquimia, esa ciencia que ansiaba el elixir de la vida y se desarrolla con el esquema del árbol muy presente, surge como elemento unitario de hombres que buscan iniciación.

Hay que pensar, también, que las brujas celebraban sus aquelarres en lo más profundo de la floresta, con lo cual también ellas lo veían como algo sagrado, donde recibirían una sabiduría a través de la mística (en sus diferentes interpretaciones). Estas reuniones, tan temidas en la Edad Media, siguen siendo tan desconocidas hoy día que las especulaciones son variopintas. En España, Zugarramurdi y sus brujas reunidas en espacios boscosos y cuevas parecían transmitirnos el mensaje de nuestros primeros antepasados, el respeto sagrado por la naturaleza y sus elementos que la componen.

Es importante recordar que para los celtas (venidos desde el Cáucaso, y asentados en  el Norte de Italia y Norte de la Península Ibérica, pero sobre todo en la Bretaña francesa y Reino Unido) los árboles y los bosques fueron sagrados; nadie puede olvidar los conciliábulos, en lo más profundo del bosque, de sus druidas que tanto nos apasionan aún en nuestros días. La cultura celta, sobre todo, siente especialmente mágico el Avellano, un árbol que recibe su importancia en el cuento de Cenicienta haciéndola casi sin darnos cuenta Hija del Avellano. 
En la versión de los hermanos Grimm de este susodicho cuento el mensaje es que, por muchos sinsabores que da la vida en su búsqueda  de la verdad, el adepto (ojo al lenguaje simbólico, hablamos de adepto como buscador de la verdad y de la sabiduría secreta) si consigue vencer la tristeza y el dolor vencerá todos sus problemas y alcanzará su objetivo. Esto se refleja en el Avellano que planta Cenicienta a la muerte de su madre y como lo riega tres veces al día (simboliza las tres pruebas que debe pasar todo iniciado) hasta que con paciencia da sus frutos y el árbol florece; allí acude a orar tres veces al día (de nuevo el tres) y al poco aparecerá un pájaro blanco que, en la noche mágica, le da un vestido y unos zapatos preciosos con los que se va al baile. El alma de la madre vive en el avellano y se manifiesta en el pájaro (blanco, simbolizando la pureza), en esa bella armonía de la naturaleza. Todo se traduce en paciencia y perseverancia, dejando a un lado dolor y tristeza (por la situación con su madrastra). Es el triunfo de los “frutos que hacen esperar “.

En Roma, Plinio, ya nos hablaba de la importancia del árbol pero más allá, incluso en el hombre primitivo, el bosque era un sitio mágico, con infinidad de misterios. Intentemos asimilar el pensamiento de un hombre que vivió en aquella época donde todo su conocimiento es a base de sus sentidos, únicamente, sin más ayudas...y toda una naturaleza aún por explorar. Seguro que ahora comprendemos sus experiencias con el bosque y el significado que le daban.

El simbolismo del bosque, y todo su misticismo implícito, se mantiene en los cuentos y en elementos tan populares como el árbol de Navidad, con sólo una antigüedad de 150 años, puede sorprender lo reciente de esta tradición; ello proviene además de los protestantes centro-europeos, del Imperio Austro-Húngaro, para luego extenderse a toda Europa. En los países católicos lo usual era representar el nacimiento de Cristo con unas figuras que se denominaban, como actualmente, "belén".

Otro ejemplo del bosque es recogido por J.R.R.Tolkien en su compendio mitológico que comprenden sus obras; en la más conocida, El Señor de los Anillos, el bosque es visto como algo donde ocurren cosas fuera de lo normal y donde sus habitantes, los árboles, cobran vida y se reunen en concilios, simbolizando estos la sabiduría reflejada en el paso de los siglos y su experiencia adquirida. Mal llamada literatura fantástica, la obra de Tolkien refugia a sus personajes más sagrados y versados, los elfos, en los bosques; demostrando, una vez más, la plena armonía de la naturaleza y el iniciado.

Además podríamos añadir que, para los literatos, el bosque es lugar de refugio y sobre todo paso obligado de caminantes que persiguen algo importante, trascendente y a veces sagrado; podríamos encontrar la clave en las leyendas del ciclo artúrico que nos presentan a un Perceval o Parsifal en busca del Grial recorriendo bosques mágicos.

En resumen el bosque  es la fuente del conocimiento sagrado donde beber; ya que sólo apartado del mundo el hombre se encuentra a sí mismo, liberado de ataduras de su entorno, sólo en comunión con la naturaleza el hombre aprende el lenguaje del alma. Quizás los niños saben más de esto...¿quién no recuerda en su infancia sentir pasión por árboles, arbustos, tierra, etc? Por ello el verdadero iniciado debe despojarse de sus ropajes de adulto y sentirse niño de nuevo. 

La naturaleza está siempre esperando. 



5 comentarios:

  1. Necesito un bosque, blogger brother !!!

    Inicialmente pensaba que la entrada iba a estar relacionada con la película de M. Night Shyamalan, que seguro conoces. Dicha peli me gustó mucho y ciertamente también tiene que ver con lo que comentas.

    Saludos,

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  2. Grandísima película! cuanta intriga y misterio para un final que no esperas jamás!

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  3. Que bonita es esta entrada, me gusta.
    Hoy en día ya no tanto pero El Bosque también es un lugar que asusta, un lugar oscuro en el que no sabes que puede sorprenderte (proscritos, brujas, grandes animales...); cuando era niña no se me pasaba por la cabeza adentrarme en un bosque, qué miedo!!

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  4. Menuda historia la del bosque. Es el origen de la agricultura y por ende el sistema básico de nuestra alimentación. Al principio fueron recolectores de frutos, para posteriormente pasar a cultivar la tierra. Y que me dices de los árabes y de sus estudios de plantas con carácter curativo y preventivo de la salud humana.

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  5. Me encanto todo el detalle, creo muy cierto todo lo expuesto. recuerdo mi niñez cuando me retiraba solo al bosque y encontraba tranquilidad sin saberlo, soy un adepto a todo lo relacionado con la naturaleza.

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